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música

La música es el arte de organizar sonidos y silencios para crear composiciones que evocan emociones y expresan ideas.

Por MARTÍN YANKELEVICH

Federico Jaimez: “Intentamos que a pesar de todo pueda armarse un verdadero coro en la cárcel de Devoto, del que yo soy parte”

 

El músico autodidacta narra la experiencia de trabajar desde el encierro. 

Los martes a la mañana Federico Jaimez entra a la cárcel de Villa Devoto por el portón de la calle Bermúdez, con su guitarra al hombro. Barba negra y mechón despeinado sobre la frente. Poco más de dos horas después de entrar, sale por el mismo portón. Federico sale. En la placita de Lozano y Bermúdez, se sienta en uno de esos bancos de cemento pintados de bordó y nos dice que camina unas cuantas cuadras para tomarse el colectivo de vuelta a su casa, en Morón. Que a veces se queda fumando en esa placita antes de seguir. 

 

-¿Cómo empezó esto de dar clases en la cárcel? 

 

Hace tiempo arranqué a dar clases de coro en centros de menores. Yo soy músico autodidacta, aprendí así… con la música, desde chico. Empecé en centros de menores y después me invitaron a dar también en la cárcel de Devoto y hace poco también en la cárcel de mujeres de Ezeiza. El papel del PEC (Programa de Extensión en Cárceles) es muy importante en las cárceles. También doy clases afuera, hace más de 10 años que soy profe de coro. 

-¿Hablabas recién del Programa de Extensión en Cárceles que está a cargo de la Facultad de Filosofía de la UBA, nos contás cómo es su funcionamiento en las cárceles?  

 

La idea es llegar con la educación, la escritura y la música dentro de la cárcel, a los pibes esa formación les cambia la vida. Talleres, lecturas, hacer cosas artísticas es algo imprescindible para ellos. Además, el PEC se ocupa de publicar revistas y libros con las cosas que ellos escriben y también de organizar charlas dentro de las cárceles. Es un trabajo muy difícil porque a veces la burocracia en el servicio penitenciario genera tensiones que hacen duro el día a día. Me gustaría decirte que en un futuro vamos a garantizar la posibilidad de que todos puedan participar de los talleres, por ejemplo del que yo doy, el Taller de canto popular. 

-¿Cómo es la relación de los inscriptos con las canciones y la música que traes para trabajar?

 

Bueno, este año hubo muchos anotados. Más de 40, de los que lamentablemente suelen asistir unos 15 en cada encuentro. Por ejemplo ahora estamos trabajando con dos temas, esa salsa puertorriqueña de Héctor Lavoe que se llama El día de mi suerte. Esa que dice “Pronto llegará / El día de mi suerte / Sé que antes de mi muerte / Seguro que mi suerte cambiará… / Para comer, hay que buscarse el real / Aunque sea en contra de esta sociedad / A la cárcel, me escribe mi amistad / No te apures que tu suerte cambiará”. Intento buscar canciones que les hablen a ellos, que quieran cantar. También estuvimos con ritmos más nuestros, lo último fue una cueca de Los manseros santiagueños que se llama Eterno amor.

 

EL DIA DE MI SUERTE - WILLIE COLON & HECTOR LAVOE

 

-¿Y cómo es la dinámica de la clase, qué es lo que quisieras que se lleven?

 

Intentamos formar un coro, con todo lo que eso implica, cantar juntos como un grupo. Trabajando en la expresión y exploración corporal. Y, como te decía antes, buscando un repertorio que los interprete y los interpele. Y que también se transforme en algo que puedan mostrar a sus seres queridos; a mediados de año hacemos una entrega de diplomas y también a fin de año, invitando a las familias y a la gente que trabaja acá en la cárcel. Para mí esto que hago acá, este trabajo voluntario con el Centro Universitario de Devoto (que es quien organiza acá los talleres, seminarios, carreras), es una manera de militancia, algo así como tratar de reparar desde mi ínfimo lugar toda la violencia que se ejerce sobre estas personas. En esa hora y media en que estamos cantando, lo que pasa ahí estoy seguro que les sirve a ellos para construir algo y para compartirlo.

-¿Se dice que se está analizando sacar la cárcel del barrio de Devoto y llevarla al Conurbano Bonaerense, qué pensás de eso?

 

No entiendo la razón, sólo terminará alejando más a los pibes de sus familias, que ya están acostumbradas a venir a visitarlos acá. Los que quieren alejar las cárceles de la Capital lo hacen porque piensan que si no ven lo que no les gusta eso dejará de existir. Además, la cárcel ya es parte del barrio, y forma un ecosistema con el barrio que no debería cambiarse.  

-¿Participás de otras actividades o talleres en la cárcel?  

 

Todos los años hacemos un Encuentro Nacional de Escritura en la Cárcel (ENEC), que en 2023 llegó a su décima edición. Es una iniciativa para todos los pibes y pibas de todas las cárceles del país y también un encuentro para todos los docentes que estamos ahí apoyando. 

 “Intento buscar canciones que les hablen a ellos, que quieran cantar”.

 

Federico Jaimez

-¿Cómo es tu relación con los alumnos, qué te llevás vos cuando salís por ese portón?

 

Todo en la clase es intenso, dinámico y cambiante. Como docente se siente un respeto enorme hacia nosotros. Los problemas que se dan en pabellón, siempre hay, hacen que sea difícil armar un grupo constante. Entre ellos hay enemistades como en cualquier grupo humano, pero intentamos que a pesar de todo pueda armarse un grupo, un verdadero coro, del que yo soy parte. 

Federico disfruta de escribir letras de canciones propias en bares porteños del barrio de Villa Devoto

Federico se encarga personalmente de realizar los arreglos musicales con diversos instrumentos para el Taller de Canto Popular

La próxima muestra de canto está programada para fines de diciembre de 2024

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